¿Te sale un bulto en el estómago?
Antonio Barrasa Shaw • 26 de enero de 2020
Los músculos rectos del abdomen (los de la “tableta de chocolate” o “six-pack”) se unen mediante una membrana rígida a lo largo de la línea media del abdomen (entre el pubis y el esternón pasando por el ombligo). Al no ser elástica, cuando fuerzas laterales consiguen que se estire, se queda estirada y no vuelve al tamaño original. Es un poco lo que pasa cuando un plástico da de si y queda flácido.
Luego, los músculos oblicuos del abdomen (los de los lados), tiran de los rectos y hacen que se separen. Esta membrana estirada pierde resistencia y poco a poco se va estirando más y más. Luego, con los rectos separados, la línea media se hunde al tumbarse y se abomba al hacer fuerza con el abdomen (al toser, defecar, hacer abdominales o ejercicios de fuerza, ...).
El embarazo, la obesidad y los ejercicios físicos vigorosos son algunas de las causas de que se separen los rectos. Y claro, su repetición o mantenimiento hacen que empeore. Además, se ha visto que provoca alteraciones en la mecánica del abdomen que pueden derivar en problemas de espalda y del suelo pélvico.
Si la separación es pequeña (menos de 2 cm), en cierta medida, se puede corregir con fisioterapia basada en ejercicios isométricos. Pero si es más grande se requiere una intervención para acercar los rectos y, según el caso, reforzar la membrana con una malla quirúrgica. Afortunadamente, hoy en día existen opciones de cirugía mínimamente invasiva (laparoscopia) con cicatrices invisibles para solucionarlo.
¿Le han sido útiles estas explicaciones?¿Tiene alguna duda o necesita alguna aclaración? Por favor, comente. Además de poderle aclarar las dudas, sus comentarios también serán útiles para otros pacientes. Gracias.

Resulta curioso ver cómo reacciona el ser humano. Muy pocas personas se lo piensan dos veces cuando les dices que hay que hacer una biopsia o extirpar una mancha que ha aparecido en una radiografía o un TAC y del que no eran conscientes, solo porque existe un pequeño (muchas veces menor del 10%) riesgo de que sea maligno. Sin embargo, cuando les recomiendas una intervención para la obesidad, que les está causando dolores articulares, hipertensión o diabetes y que les multiplica el riesgo de cáncer o infarto, le dan una y mil vueltas antes de decidirse.